Budapest es una de las ciudades Europeas más atractivas para conocer en pocos días, tan solo se requiere de un poco de planificación y puntualidad para conocer todo lo que ésta hermosa ciudad tiene parea ofrecer. En esta ocasión decidimos ir por dos días y en plena primavera, pues la verdad es que el clima es mucho más agradable que en verano o en invierno.
Nuestra primera visita fue a la Basílica de San Esteban (en Húngaro Szent István-bazilika), conocida por ser la edificación religiosa más grande de Hungría. Después de no saber qué hacer ni a dónde ir, decidimos tomar un bus-tour ya que parecía ser bastante popular entre los turistas. Pudimos tener una visión general de lo que es la ciudad y cuáles son sus lugares más emblemáticos.
Pasamos por el Puente de las Cadenas, el más antiguo de Budapest, hasta llegar a La Ciudadela, el punto más alto y desde donde se consiguen las mejores vistas.
El resto del día pasó muy rápido, y ya nos quedaba poco tiempo. Decidimos visitar la Opera de Budapest y paseamos por la zona, encontramos uno de los famosos "ruin pub" y caminamos por los alrededores del Parlamento, el más grande del mundo después del de Rumanía y el de Argentina.
Conocimos la Plaza de los Héroes, el Museo de Bellas Artes y luego de unas cuantas fotos nos desplazamos al Parque de la ciudad (Parque Városliget). En el camino pudimos ver el Castillo Vajdahunyad.
Lo mejor de Budapest es que aunque hay muchísimo que ver, todos los monumentos y sitios emblemáticos se encuentran relativamente cerca, no hay que recorrer distancias muy largas para llegar de un sitio a otro y esto facilita las cosas para nosotros los turistas, en especial si vamos por poco tiempo.
Budapest es sin duda una ciudad llena de historia y belleza, definitivamente vale la pena ir de visita.
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